La certificación forestal FSC y el sistema PEFC son herramientas clave para promover la gestión forestal sostenible y responder al desafío de la crisis climática global. Cada vez más empresas apuestan por incorporar criterios de sostenibilidad corporativa en su cadena de valor, no solo como una estrategia de diferenciación, sino como una verdadera muestra de su compromiso con la responsabilidad social y el medio ambiente.
Estas certificaciones permiten acceder a mercados más exigentes, mejorar la huella de carbono empresarial y garantizar el respeto a los ecosistemas y comunidades locales. Mientras que el certificado FSC pone mayor énfasis en criterios globales estrictos y en el reconocimiento internacional, el certificado PEFC se adapta a las realidades locales y es ampliamente utilizado en montes de gestión privada.
Ambos sistemas respaldan prácticas sostenibles que contribuyen a la conservación de la biodiversidad, la compensación de carbono para empresas y la generación de un impacto ambiental positivo. La elección dependerá del contexto específico de cada organización, sus objetivos ambientales y sociales, y el tipo de productos o superficies que deseen certificar.
Comparativa entre ambas certificaciones
El FSC (Forest Stewardship Council) es una organización internacional sin ánimo de lucro fundada en 1993, impulsada por entidades ecologistas y sociales como Greenpeace y WWF. Su misión es fomentar una gestión forestal sostenible que sea ambientalmente responsable, socialmente justa y económicamente viable. Para obtener esta certificación, se deben cumplir 10 principios y 56 criterios, que abarcan desde el respeto a la legalidad y los derechos laborales hasta la conservación de los recursos naturales y los servicios ecosistémicos.
Por su parte, el PEFC (Programme for the Endorsement of Forest Certification) nació en 1999 como una iniciativa del sector privado, especialmente de propietarios forestales europeos, con el fin de crear un sistema flexible que se adapte a las realidades y marcos normativos de cada país. También es una organización sin fines de lucro con alcance global, que promueve la certificación de bosques y productos forestales bajo estándares nacionales desarrollados de forma participativa.
Una diferencia clave entre ambos sistemas es su enfoque estructural. Mientras que el FSC aplica un estándar global unificado, PEFC permite la adaptación de sus criterios a nivel nacional, lo que genera cierta variabilidad en los requisitos de certificación según el país. Además, los porcentajes mínimos exigidos para la trazabilidad de productos también difieren: PEFC establece un umbral del 70%, mientras que FSC maneja porcentajes más bajos que pueden variar en función del tipo de producto certificado.
Sectores en los que aplican
Tanto la certificación forestal FSC como la PEFC son aplicables a una amplia variedad de sectores que dependen de materias primas de origen forestal. Esto abarca industrias como la maderera, papelera, empresas de embalaje, construcción sostenible, mobiliario y productos alimentarios. Estas certificaciones ecológicas permiten a las empresas demostrar su compromiso con la gestión forestal sostenible y con la responsabilidad social y medioambiental. La elección entre un sistema u otro puede estar influida por los requisitos de certificación FSC, las regulaciones ambientales, las exigencias de los mercados internacionales y las expectativas de consumidores cada vez más comprometidos con la sostenibilidad corporativa.
Beneficios y desafíos de FSC y PEFC
El sistema FSC (Forest Stewardship Council) es una certificación forestal de máxima credibilidad que asegura bosques gestionados responsablemente según estándares ambientales, sociales y económicos globales.
Beneficios
- Reconocimiento internacional y credibilidad: El FSC ha ganado una reputación como el sistema de certificación forestal más riguroso y creíble. Este prestigio puede mejorar la imagen corporativa de las empresas certificadas y facilitar el acceso a mercados que valoran altos estándares ambientales.
- Acceso a nuevos mercados y ventaja competitiva: La certificación FSC puede actuar como un catalizador para mejorar los estándares en la gestión forestal, abriendo nuevas oportunidades de mercado y asegurando beneficios económicos al cumplir con las expectativas de clientes y regulaciones ambientales.
Desafíos
- Proceso de certificación riguroso y costoso: La certificación FSC es conocida por sus estrictos criterios y procedimientos de auditoría detallados, lo que puede implicar costos y esfuerzos significativos para las empresas que buscan obtenerla.
- Complejidad en la implementación: Cumplir con los estándares uniformes a nivel global del FSC puede ser un desafío, especialmente para pequeñas y medianas empresas que pueden carecer de los recursos necesarios para adaptar sus operaciones a estos requisitos.
El sistema PEFC (Programme for the Endorsement of Forest Certification) se caracteriza por ser flexible, ya que adapta la gestión forestal sostenible a normativas locales, facilitando la trazabilidad y el cumplimiento de regulaciones ambientales.
Beneficios
- Flexibilidad y adaptabilidad: El PEFC permite la adaptación de sus estándares a las condiciones locales y nacionales, facilitando su implementación en diversos contextos y promoviendo la gestión sostenible de los bosques a nivel global.
- Amplia aceptación y disponibilidad: Con más del 70% de los bosques certificados a nivel mundial bajo el sistema PEFC, las empresas tienen acceso a una amplia oferta de productos certificados, lo que facilita la integración en la cadena de suministro y el cumplimiento de regulaciones internacionales.
Desafíos
- Variabilidad en los estándares: Al permitir adaptaciones nacionales, puede existir cierta variabilidad en los estándares del PEFC, lo que podría afectar la percepción de consistencia y rigor en comparación con sistemas más uniformes como el FSC.
- Percepción en el mercado: Aunque el PEFC es ampliamente reconocido, en algunos mercados o sectores donde se priorizan estándares con respaldo de organizaciones ambientalistas internacionales, puede ser percibido como menos riguroso que el FSC, lo que podría influir en las decisiones de compra de ciertos clientes.
¿Cuál elegir para tu empresa?
Elegir entre certificaciones forestales FSC y PEFC requiere una decisión estratégica que integre los objetivos comerciales de la empresa, su sostenibilidad corporativa y las demandas del mercado. La certificación forestal FSC, respaldada por ONG como WWF y Greenpeace, es idónea para sectores globales que valoran la máxima trazabilidad, la transparencia ambiental y la credibilidad de un sello de bosques sostenibles, como el retail internacional, el diseño sostenible, la papelería premium y la construcción ecológica.
En cambio, el sistema PEFC, centrado en la gestión forestal sostenible a nivel local y adaptado a regulaciones ambientales nacionales, ofrece una certificación sostenible para empresas que colaboran con pequeños propietarios forestales o buscan una alternativa más accesible dentro de las certificaciones ambientales para empresas.
Para organizaciones con operaciones diversificadas o presencia internacional, combinar certificación FSC y PEFC potencia la posición en la economía verde y certificaciones, refuerza la responsabilidad social y medio ambiente y amplía las oportunidades de mercado.